David Carrascosa Francis - Ingeniero-

Talento pejino a favor del viento

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Con los pies en el suelo, y mientras otorga todo el mérito al fabuloso equipo profesional y humano del que dice ser sólo su ariete más visible, David Carrascosa Francis (Santander, 1989), está convencido de que lo mejor en el campo de las energías limpias está por llegar. Por eso anima a los más jóvenes a plantearse este sector como un objetivo para sus expectativas profesionales.


Su conciencia ambiental se activó en el colegio Pablo Picasso, donde maestros como Laura, Jesús e Hilario, desplegaron novedosas iniciativas por la ecología que cayeron en terreno fértil. Ya en el IES Fuente Fresnedo, su gusto por el dibujo técnico y su interés por las estructuras le enfilaron hacia el Bachillerato Tecnológico. Así comenzó a emerger una vocación que se traduciría en la apuesta universitaria por la Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, que cursó en la Universidad de Cantabria.




En paralelo, desde los seis años, alimentó una afición por el modelismo naval de la mano del desaparecido José Manuel Rivas, a quien dice estar “eternamente agradecido por haberme inculcado la convicción de que la paciencia, la perseverancia y el buen hacer te llevan a tus metas”. También se muestra orgulloso del respaldo brindado por sus padres, Miguel y Dominique, y su hermana Sylvie, entusiastas incondicionales de su trayectoria. Sin olvidar a su pareja, Raquel Plaza “sin cuyo apoyo continuo, todo esto hubiera sido más complicado”, reconoce. Como pilares de su andadura incluye asimismo a los integrantes de su cuadrilla de amigos de la época del instituto, con quienes compartió estudios y afición por los deportes. Son “los de las Pistas”, como siguen llamándose en su grupo de washapp.



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De Milán a Leioa

Su llegada a la Universidad, en 2007, coincidió con una época de vacas gordas, donde las empresas casi se rifaban a los alumnos de los últimos cursos. Nada que ver con lo que ocurría en 2012, año de su licenciatura, con la crisis en su apogeo y las salidas profesionales cayendo en picado. Ante un panorama tan incierto, optó por solicitar una beca Leonardo da Vinci, abriendo las puertas a una primera experiencia laboral en el extranjero. El destino fue Italia, donde ejerció como ingeniero en dos empresas milanesas especializadas en el diseño de estructuras singulares. Finalizada esta etapa, optó por reforzar su formación en inglés y comenzó una búsqueda de oportunidades laborales tanto nacionales como internacionales. A punto de hacer de nuevo las maletas, en abril de 2014 recibió una llamada de Alberto Galdós, presidente de Saitec, que le convocó para una entrevista. Y ahí comenzó su trepidante aventura.


En esta empresa vizcaína con sede en Leioa buscaban una persona joven y dinámica con conocimientos en el cálculo de estructuras complejas, que pudiera comenzar a desarrollar en detalle una plataforma flotante para aerogeneradores marinos. David aceptó entusiasmado un reto lleno de desafíos. Por delante le aguardaban largos meses de estudios hidrodinámicos, adquisición de conocimientos navales, infinitos cálculos y una primera fase de ensayos a escala reducida en las instalaciones del IHCantabria. El fruto de todo ello fue una tecnología bautizada como SATH (Swinging Around Twin Hull). En 2015 comenzó a viajar a algunos eventos del sector de la eólica marina con la intención de presentar SATH en sociedad. La acogida fue tan buena que en 2016 lanzaron la empresa spin-off, Saitec Offshore Technologies (www.saitec-offshore.com), para focalizar en la misma la comercialización de esta novedosa tecnología. Su rol a partir de ahí, como Director Técnico, fue tanto liderar al equipo técnico como dar a conocer internacionalmente el grandísimo potencial de la tecnología desarrollada.


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Un aerogenerador de 12 MW

La mayoría de los parques eólicos marinos actualmente existentes son de cimentación fija. Esta particularidad los hace inviables para profundidades superiores a los 50 metros, lo que impide que se aproveche al máximo este recurso energético. Para paliar este problema, desde hace aproximadamente una década comenzó el impulso a los aerogeneradores flotantes. Su principal ventaja es que pueden ubicarse en cualquier punto del océano, accediendo allá donde el azote del viento es más fuerte y constante, ampliando la capacidad de producción energética. Esta versatilidad permite, además, reducir el impacto visual de las instalaciones, que se pueden situar a distancias de entre 30 y 40 kilómetros de la costa. Por si fuera poco, finalizada su etapa de vida útil se remolcan de nuevo a tierra, para su completo desmantelamiento, minimizando su huella ecológica.


n la carrera por desarrollar una solución competitiva y rentable para este desafío, emerge con fuerza la innovadora propuesta de Saitec Offshore. Se trata de utilizar los aerogeneradores más grandes del mercado, de 12 MW de potencia, que se elevan a más de 120 metros de altura -equivalente a un edificio de 40 alturas- y situarlos en plataformas flotantes. Para hacernos una idea, cada MW de eólica marina cubre el consumo anual de entre 800 y 1000 hogares. Por tanto, una turbina de 12 MW podría cubrir la demanda eléctrica de entre 9600 y 12000 hogares. Un parque de diez de estos aerogeneradores lograría abastecer una ciudad de más de trescientos mil habitantes.

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Uno de sus elementos diferenciales respecto a la competencia es su diseño, inspirado en la hidrodinámica de los catamaranes. La plataforma contempla un casco doble con placas sumergidas, que le dotan de mayor estabilidad. Además, está construida principalmente con hormigón, en lugar de acero, lo cual redunda en una significativa reducción de costes. La conexión mecánica para el punto de amarre es a través de un rodamiento, y la conexión eléctrica a través de un eslabón eléctrico giratorio. Ello permite que la estructura gire y pueda estar siempre de cara al viento, optimizando su productividad.


Este novedoso molino está diseñado para ser construido y ensamblado en tierra, desde donde será remolcado a su posición final en alta mar. El enfoque constructivo y de uso de materiales, utilizando recursos locales, hace viable su producción en masa en cualquier lugar del mundo, a un paso de donde se desplegarán las turbinas eólicas.




Pruebas en el Abra del Sardinero y en la costa vasca

En los próximos meses, un prototipo a escala 1/6 será ubicado en el Abra del Sardinero. Alcanzará los 20 metros de altura y 5 toneladas de peso. Durante doce meses, se analizará su comportamiento en el litoral cántabro, escogido por sus condiciones meteo oceánicas (viento, olas, corrientes y profundidad). El proyecto tiene un componente local significativo, con la participación de muchas empresas cántabras como IHCantabria, el Puerto de Santander o las empresas Degima, Astander y Acorde.


Finalizado el ensayo, la plataforma será completamente desmantelada. Los resultados obtenidos se aplicarán en la ejecución del siguiente prototipo que se prevé instalar en 2021 en la Plataforma Vasca de Energía Marina (BIMEP), en la costa vizcaína de Lemoiz-Armintza. Si todo sigue su curso, antes del 2024 la tecnología SATH de plataformas flotante para aerogeneradores marinos debería de estar lista para su comercialización a gran escala.


David con su familia



De manera paralela a estas pruebas sobre el mar, en Saitec Offshore están volcados en la obtención de financiación y en la comercialización de su tecnología. En esta línea han impulsado una filial en Japón, y cuentan con una joint venture en India. También mantienen iniciativas comerciales en Florida y Australia, evidenciando que el alcance de este tipo de proyectos es mundial, como lo es el potencial de implantación de la eólica flotante. El mercado offshore ha crecido aproximadamente un 30% anual en el período comprendido entre 2010 y 2018 y se espera que su capacidad aumente 15 veces en las próximas dos décadas.


Bajo estas consideraciones, David lo tiene claro: “este es uno de los frentes que puede ayudar a combatir el cambio climático. Estoy orgulloso de aportar mi granito de arena en este objetivo”. Respecto a su potencial, insiste: “va a generar mucho empleo y los países van a invertir mucho capital en este terreno. Estamos hablando de billones de dólares”. Finalmente, envía un mensaje a los más jóvenes: “yo les animaría a formarse dentro y fuera de España, a viajar y abrir la mente, descubrir en Europa oportunidades en sectores que no nos imaginábamos. Es apasionante”, concluye.